Hoy me desperté de repente
y lo primero que me vino
a la mente fue tu nombre
y tu rostro venuciente.
Escuchando los pajarillos cantar,
todos en coro como diciéndome;
escribe al amor aunque dormida ella esté.
Cierro los ojos para verte
mi bella durmiente,
mirándote silenciosamente para no despertarte
ni nunca cansarme de verte.
Mas mi ventaja es que dormirías siempre,
si no te levantaran nunca.
Que más quisiera levantarte con versos y rimas,
decierte duerme que mañana no es todavía.
Que si no sale el sol
es que aún duerme mi vida mía.
Y si fuere invierno como este,
entonces pajarillos serán tu despertar,
aunque no lo crea,
mi pimpolla durmiente.