Manos de flores abiertas
terriblemente marchitas
desgarbadas y sedientas
cuando sollozan y gritan.
Manos que pueden ser tuyas
manos que pueden ser mías,
manos que ganan arrugas
mientras pierden lozanía.
Esas manos agrietadas
por infinitas faenas
son las manos desgastadas
que hoy descansan serenas.
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