"Cuando pierdes un amor por necio/ y luego vuelves a encontrarlo,/ sabes que aunque sea menor su precio/ ya no tienes cómo pagarlo".
Pasó el amor por mí y no lo vi,
vestido de pasión muy intensa,
con otro sentir yo lo confundí,
tonterías que a veces uno piensa.
Con todo para que lo reconociera,
que claramente ya lo identificara,
pero no... fue así como si tuviera
un gran velo cubriéndole la cara.
Aunque mil y una veces me sonrió
y otras tantas veces ansioso la besé,
su amor en verdad nunca me llegó
y aún hoy no sabría explicar por qué.
Porque ella era una muy bella mujer
pero en ocasiones lo bello no basta...
y si no existe madurez en el querer,
entonces el sentir se nos desgasta.
El amor pasó por mí, pero algo había
que ya no tenía la belleza en derroche,
algo así como que era siempre de día
cuando ya le tocaba ser amor de noche.
Pasó muy cerca y nunca lo reconocí,
o es que no lo vi tal como yo lo veía.
En tantos poemas que del amor escribí
y tantos otros que escribo todavía.
¿O es que no era el amor? Pregunto,
quizá de mi confusión sea el motivo,
aunque poco se confunde a un difunto
con alguien que todavía sigue vivo.
No era el amor por el que río y lloro,
cuyas aguas con olor a ella me bañan,
pero sé que no todo lo que brilla es oro
y también que las apariencias engañan.
El amor pasó por mí y ni me di cuenta,
tal vez porque mal le quedaba el disfraz
y no hay una manera de que yo lo sienta
si amor no ha sido, no es ni será jamás.
Estuve como árbol de puras flores grises,
con un amor que no era en mi soledad...
y me quedé de pie y me salieron raíces
de tanto esperar al amor de verdad.