Invítame a creer, dándome un recuerdo, tú con tu sonrisa ayúdame a olvidar que sobre el cielo está todo pintado de gris, conserva tus palabras al filo del crepúsculo y contempla silenciosamente como mi dolor se pierde en tu mundo, mescla estas caricias como si solo fueran soledad ante tu recuerdo, antes aquellas horas que se van.
Y ahora que hemos dejado de sentir fe, hemos nacido muertos con los ojos barrido de sal y los labios inundados por el tiempo, vuelve a creer alma mía, siente las caricias de quien nos dio la vida
Pero no olvides el deseo de estar muerto, para ser silencio como un otoño como un te espero,
Solo un precioso eco de aquellos días, una noche en vela contando cuentos, y el amanecer atrapando con desdén un lejano recuerdo.
Solo eso somos, un trozo de niebla en medio de la más alta cumbre esparcida con dolor por sobre, el mundo, partes de una Azaña al filo de la muerte, perdonar a quien no hiere para que no perdone la mala suerte.
Quiero creer en que todo está perfecto, conservar tus palabras y olvidar a donde nos llevaran nuestros pasos, por el camino este al que llaman llama del destino o solo casualidad de un reloj,
Estar unidos por la misma suerte, pero darme la fe que necesito para desaparecer en paz, el remedio fulminante para contemplar por última vez tu universo.
Invítame a creer negando tu llanto, déjame pintar ese cielo para que no olviden nadie que mi mundo mi vida fue el caos desconocido para ellos pero para ti , que eres parte de este universo,
Sea lo que te lleve hasta mi sonrisa en vida o cuando muerto.