Manos sangrientas.
Sangrientas las bocas
que despojan estiércol
destilando hemorragia
por sus sucios dedos,
asquerosos sus rostros
cual wasón enfermizo,
satisfechos quedan
después de quitarles
la bella, estable vida
a familias enteras,
negras las capas
que los cubren
escondiendo el filo
de acero empantanado.
Ganancias en sal y agua
por no cumplir
sagrado mandamiento,
viven aquí mismo
el fuego del infierno
saboreando un poco
de la sangre derramada
a pobres inocentes,
aunque no es suficiente
una pena aquí pagan.
RESERVADOS LOS DERECHOS DE AUTOR:
YUBISAY MORALES GUTIERREZ.