Tuve un sueño,
soñé que por
primera vez era
feliz, que nadie me
podía hacerme ningún
mal, que todo en mi vida
estaba comenzando de
nuevo.
Tuve un sueño,
soñé que tenía
miles de oportunidades
de poder reparar mis
errores, de luchar
incansablemente por lo
que realmente quería, por
lo más imposible, de ayudar
a personas que se merecían
lo mejor de mí, de volver
a ser alguein especial.
Tuve un sueño,
soñé que el amor
verdadero golpeaba
las puertas de mi corazón,
que mis sentimientos y
emociones, brillaban de
tanta felicidad, al saber
que había en mi vida,
un nuevo amor, un amor
profundo y sincero, con
el que vale la pena vivir
y morir.
Tuve un sueño,
soñé que junto
al hombre de mi
vida, sueños y corazón,
se me presentaba ese
tan bello, único e
importante milagro de
la vida, el milagro de
la maravillosa maternidad.
Tuve un sueño,
soñé que mis seres
queridos ya camabiado,
transformándose en
seres muy valiosos y
llenos de luz, con muchas
ganas de vivir, siempre
luchando con fé y esperanza,
por su verdadera felicidad y
también por sus deseos
y sueños más atesorados.
Tuve un sueño,
soñé que todos
los sueños del mundo
entero, se harían realidad,
que hay que pelear por los
sueños, con mucha confianza,
fé, esperanza, fortaleza, optimismo,
voluntad, amor y alegría, para que
nunca más nuestros sueños, se
conviertan en un imposible, sino
en una realidad muy especial,
que nos cambiará por completo.
Es por eso
que nunca dejaré
de luchar intensamente
por mis sueños, como
también ustedes nunca
dejarán de hacerlo.
Continuemos soñando,
y hagamos realidad
nuestros propios sueños,
porque ellos son la llave
que nos abren a esa
felicidad que tanto merecemos
y anhelamos con nuestros
corazones.