Odio llorar y eso me quema las entrañas
Odio pensar y eso me detiene
Odio reír porque la risa no dura
Odio las dudas porque las dudas no cesan
Odio las penas porque no me ayudan
Odio las cadenas que me atan
Odio las palabras huecas
Las visiones secas que me inundan de nostalgia
Odio las prisiones frías sin descanso
Los descansos cortos
Los destinos locos y las costumbres
Odio las virtudes y los defectos
Odio al ser interno de mi insípida vida
Odio las caricias que me haces
Las noches de baile
Y los acústicos sonando en pleno festín
Odio los grupos las masas
Los sueños las trampas los requisitos
Odio las culturas la sociedad y sus desquicios
Los lunes de rabia
Los sábados de trago
Los domingos de paseo
Odio los secretos de pareja
Las olvidadas peleas
Odio los reencuentros las silabas y los submundos
Odio el futuro y mi pasado
Odio este presente ahorcado entre renglones
Odio lo que no me hace un humano corriente
Odio tu poesía y tu halago
Odio tu recuerdo
Odio mi odio
Y lo que más voy a odiar es mi búsqueda de tranquilidad que surgirá tan pronto como termine de escribir.