Estuve ahí
Estuve ahí, me senté a tu lado, conversamos;
El tema: Tú y yo, nuestros dolores,
Y comprendí que siento más de lo que presentí.
Hacía tanto que no vivía una mañana así,
Descubrí mi corazón, sin temores,
Te desnudé mi alma, mis amores,
Vi ruborizarse tus mejillas, caprichosas,
Quizá anhelantes de una caricia,
Una muy diferente caricia, con ternura,
Una mano deslizarse, cuatro dedos entre tu pelo
Y un pulgar acariciando tu mejilla
Mientras nuestros ojos se decían tantas cosas,
Esas cosas que parecían olvidadas.
Tomé tus manos, temblaban, estaban temerosas,
Temerosas de sentir lo que anhelaban sentir,
Y tu corazón, palpitando acelerado,
Temiendo consentir una entrada triunfal
Pero anhelante de volver a amar
En la desbordada sensación que da felicidad.
Estuve ahí, y sin embargo no se si estuve ahí,
Porque quizá fue un sueño
Del cual no quería despertar.