Adán primero estaba contento
todo lo veía hermoso, todo estaba nuevo
nuevo el aire, el color de tanta flor y el sabor de las frutas
Hermosos los animales, lindos pastando
fuertes corriendo
cada uno desde un principio no era uno, eran dos
Camina por las sierras, por los valles y en los ríos
miraba también los peces nadar acompañados
y después de ver todo concluyó muy contundente:
es definitivo esto es hermoso, todos son dos
y yo estoy solo
Entonces se aburrió mucho al verse tan solitario
y conforme los días pasaron
se volvió experto en soledad y en sentir una carencia
algo así como una ausencia
de alguien que aunque no la conocía
sabía que le faltaba, que tenía su vida vacía
En los cuartos de la casa, en el patio, en el jardín
por todos los senderos del bosque,
aún con el canto de las aves, con perfumes y con flores
era claro que a él le faltaba compañía
y por eso se sentía irremediablemente solo
Hasta que un día después de entrar en profundo sueño
despertó y ahí la vio hermosa y curvilínea
y ante su paso y sonrisa huyeron del Paraíso todas sus soledades
al día siguiente comiendo hablaron de algunas cosas
ella se disgustó y Adán se fue cabizbajo,
y anduvo merodeando muchas horas por el bosque,
y otra vez tuvo la sensación de que algo le faltaba
entonces Dios lo observó y dijo muy despacito:
“no es bueno que el hombre esté sólo”, otra vez me lo repito
entonces lo meditó un poco tiempo,
que es una eternidad para uno,
y como buen Padre que es llamó a Adán tiernamente
diciéndole mi hijito ya no te sientas así
de aquí en adelante te entrego este lindo cachorrito
y como era su costumbre Adán lo tomó y de inmediato le puso nombre
y le decimos perrito.