Señor alacrán
no sea tan peleón,
deje de pelear
guarde su aguijón.
Señor escorpión
yo a usted lo condeno
pues sin compasión
inyecta veneno.
Si vas al desierto
alerta debes estar
para evitar contratiempos
con el señor alacrán.
Alejandro J. Díaz Valero