Abro la puerta de calle
y atiendo. Me entregan
un ramo de rosas rojas.
Firmo. Tras de mí,
el viento golpea
y la puerta sola
se cierra.
Dejo las flores
sobre chimenea,
la cual está encendida.
Es un crudo día invernal.
Intrigado y curiosamente,
leo la tarjeta:
"Para tí, con todo mi amor."
No dice quién las envía.
Mi esposa no sabe
aún que yo
no he salido
de viaje. Lo cancelé
hasta la próxima semana.
Para ella hoy yo
no estaría en casa.
Hace un par de horas
ella salió. Lita hoy
no ha venido a trabajar,
nuestra empleada.
Justamente he sido yo
el que ha recibido
las flores que su amante
ha enviado a mi mujer.
Menuda sorpresa
se llevará cuando vuelva.
Encontrarme en casa,
segura de que me
fuí de viaje.
Sospecho quién se las envió.
Aquí llega...
--¡Hugo!... ¿No has viajado?
--Ya lo vés, no.
Cancelé mi viaje.
Quise avisarte, pero he
querido darte una sorpresa.
Pero la sorpresa me
la he llevado yo.
Tu amante te ha enviado
estas rosas.
--¿Mi amante?...
--No te las he enviado yo.
--Escúchame... yo...
-- Sí, te escucho, soy
todo oídos... adelante.
--Oh, mi vida...
--¿Tu vida? ¿Soy tu vida?
¿Y él, también es tu vida...
o tu amor?...
--Hugo... tengo que explicarte...
es un amigo...que me envía estas
flores por mi pasado cumpleaños...
--Vós debés pensar que
soy un idiota...
¿Con este texto te
manda tu amigo
unas flores?
¿No sabe acaso que eres una
mujer casada?
--Sí, lo sabe, pero
pensó que tú no estabas...
--¡Claro! Y aprovechó
la ocasión para enviártelas
y después... se iba a encamar
contigo en nuestro lecho...
¡Bravo! ¡Aplausos para
la decente señora
de Hugo!...
¡El cornudo Hugo!...
--¡No digas eso!
--¿No es la verdad acaso?
¿Cuánto tiempo hace
que soy el ciego
marido engañado?
--Es un ex amigo
de la Facultad.
Hace un mes nos
encontramos de casualidad
en el subte y...
¡Por favor! Hugo... perdóname...
--¡Perdonarte!... ¿Acaso me
perdonaste tú cuando
hace dos años también
te fuí infiel?...
--Sí, te perdoné, es
por eso que estamos juntos...
--Y me devolviste la infidelidad...
--Sólo es una atracción...
--¿Física?...¿Te satisface
más que yo en la cama?
--No hables así...
--¿Querés que sea más explícito?
--¡No Hugo, no!... Te pido
perdón...
¡Claro, cómo no te voy
a perdonar...!
Por supuesto que sí,
Hugo el cornudo
acepta tu infidelidad...
¡Toma esas flores!...
--¿Para qué?
--¡Toma esas flores
y arrójalas al fuego!
--¡No! Déjame quedarme
con ellas... ¿Te acuerdas
cuando tú me enviabas
rosas rojas en nuestros
aniversarios?... Ahora
ya hace dos años que
no lo haces...
--¡Por eso es que te haces
mandar rosas rojas por
tu amante!...
Porque yo ya no
lo hago...
¡Soy una basura!...
¡Los dos somos una
basura!
Te he sido infiel...
me eres infiel...
¡Viva la infidelidad!...
--¡Basta Hugo!...
-- Sí, basta... En este
mismo momento,
arroja las flores
al fuego...
--¡Hugo!...
--¡Arroja las flores ya!...
--Está bien...
--Mira cómo arden,
cómo se extinguen...
como nuestro amor...
Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto-01/08/2012)