carminha nieves

SOLO TU PUEDES VIVIR

                           

 

Vivir la vida, solo cada uno lo puede hacer, nadie mas.

Cuanto más deprisa cojas inteligencia para hacerlo de tu forma, mejor. Lo que es bueno para unos no lo es para otros. Cada cual, tiene sus deseos, unos sencillos, otros complicados, es como la comida, para muchos el plato tiene que estar por las bordas, para otros una pequeña cantidad, pero buena. La cantidad de lo que necesitamos es distinta en todo, mismo el sueño, oh muchas horas oh pocas. Algunos le gusta ver romper la madrugada, otros se acuestan ya día.

¡Cuantos quedan a gusto con pan fresco y café con leche! En cambio para muchos en la mesa tiene que haber de todo.

Nunca debemos criticar, en la diferencia esta  la mezcla de los humanos, si fuera todo igual, no era agradable ni colorida. A lo que llamamos manías, en realidad es su normal. Dios nos ha dado el poder de hablar, pero al mismo tiempo hizo una casita para estar abrigada, mucha cosa se evitaría si no abriéramos la boca, su casa.

Cuando te menosprecien, pasa por alto, lo que lo hacen, son unos pobres de espirito, de cabeza hueca, inválidos de inteligencia, ni merece la pena, perder un segundo pensando en lo que hicieran.

Cuantas veces me doy cuenta que me quieren herir, no lo consiguen, son estúpidos, si piensan que  me molestan. Cosas tan sin manera que no tiene asunto. Son unos tristes, pues tienen acompañantes  hipócritas, que le dan razón. Para ser hombre, no son los pantalones ni corbata, ni la barba, que los hacen serlo.

Para ser mujer, no son los anillos ni pulseras, ni dar en las vistas, por sus trajes, que las hacen ser.

Ser algo digno, distinto y respetable, lo hace la humildad, sobriedad, envuelto en  el porte de quien sabe, que es uno mas entre millones.

Nunca me he sentido como la cenicienta, que por magia de su madrina, se ha transformado para ir al palacio.

Ya tengo uno mío, en verdad son tres, pero lo más pequeño y sencillo, es donde me siento a gusto.

Perdono ah las gaviotas que no me dejan quedar dormida, perdono mi pequeña vitro cerámica que me obliga a pasar más tiempo a cocinar. Perdono la pequeñez de mi dormitorio, que no tiene un armario en condiciones para guardar la ropa.

En cambio, tengo mucho, tanto que no se como el destino me ha regalado. Cariño, paz, carcajadas, alegría, tener el  don de vivir sin lujos, como si fuera pobre, lo hago porque quiero, con placer y mucha felicidad.

No dejo de ser la misma, al revés, cuando salgo soy la que era rica. Nadie se da cuenta, no pueden, nada en mi ha cambiado, solo mi vida para acompañar a quien tanto me regala sin pedir nada en cambio.

Bajé la escalera, para ir a su encuentro, me he sentado en el último escalón, para tenerte junto a mí.

Otros tienen recelos que me pidas dinero y lo gaste en el, ¡que equivocados están! Por eso la vida tiene que ser vivida a nuestra manera. Como en niña  tengo una casita de muñecas, al final en esta ultima etapa de mi vida, soy lo que siempre he querido ser, sencilla, libre y ser querida.

Dios ha repartido el pan, yo reparto mi  corazón, mi  cariño y mi indiferencia  por las fiestas en palacios, gastando dinero, que tanta falta hace en este momento, en que tantos ni pan tienen en la mesa.

Con ternura, amo, a los que dan su cariño, a los demás sin pedir nada en cambio.

Un señor, que trabaja en el Santuario de Fátima, ya mayor, que estaba con un chico muy joven en el sitio donde se ponen las figuras de cera, prometidas, para el Cura las bendecir, dijo al chico, “esta señora con tu edad debía ser una maravilla, tiene una cara de trazos tan finos que es muy bella aun hoy. “Le agradecí y algo me hizo ver, que estoy en el camino cierto, al elegir ser y vivir como soy, pues la cara es el espejo del alma. Sé que para muchos soy el peor, no importa, si reflejo mis sentimientos en mi apariencia, para mi es una victoria.

Oporto, 31 de julio de 2012

Carminha Nieves