Quiso así que la luz derrapara
en más que tu suelo tibio.
Tope pared blanca;
él calienta
las manos de quien poso
para las estrellas entumecidas.
Él seca tus lágrimas
de roció de la mañana
en los túneles de nubes en armonía…
Las veredas abandonaron
las sombras del tiempo.
Una ojiva
suelta como perro adiestrado
da vueltas sobre el serial
de los plazos figurados.
Un angel sobrelleva
una esponja de párrafos
sobre mis ítem preferidos.