Siempre tú, definitivamente
incomparable, tu forma de
ser; me acercó a ti.
Tus miradas y tus gestos, me
enseñarón el camino, para vivir
junto a ti; una experiencia de amor.
Y sin darnos de cuenta, dejamos que
ese velo nos cubriera. Y sin tan siquiera
imaginarnos, nos encontramos en una
vorágine; que encendió nuestros sentidos.
Fue un momento tierno, mágico. Donde la
pasión, devoró nuestros sentidos. No hubo
reparos, ni preguntas que pudieran entorpecer;
ese momento sublime.
Solo tu y yo, en aquella habitación, locos de
pasión; locos de amor. Fuerón momentos, en
que anhele profundamente en mi corazón en
mi corazón. Impregnarme de ti, y no dajarte
partir nunca, mi amor.
Pero mas pudierón los temores, y la consideración,
y el que dirán, y no hubo reflexión. Solo una burda
justificación, que mato el amor; y nos separó a los dos.
Hoy me recuerdo de ti, como una bonita relación,
que me lleno de alegría; y a mi vida trajo inspiración.
Memoria grata de un gran amor, que pudo ser, y no
se dio.
Poemas de Romeo DR