CARLOS ALBERTO BADARACCO

UN ALMA INQUIETA

 

 

Quiera Dios

que mi alma no muera,

está como esfumada,

se aleja de mi existencia;

regresa a veces,

se esconde en mis entrañas...

otras deambula por la vida.

¿Adónde irá?

 

Es tan inocente

que tengo miedo,

su voz es pequeña,

casi no se escucha,

es como una luz blanquecina

una tímida transparencia la ilumina

Una cinta azul la une a mí,

sin embargo encontré el listón

atado a un madero,

 se había ido.

 

Luego regresó

y no me dio explicaciones;

volvió llena de amor,

de ilusiones;

regresó plena de alborozo,

como enamorada

¿habrá dejado de ser mía?.

 

CARLOS A. BADARACCO

31/7/12

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