El alba me sorprende con un jugoso
Aroma lúgubre, sin sangre ni alma,
Me arropa en tus labios secos e inocentes,
En tu cuerpo tibio como tu mirada.
Me soplan tus ojos maquiavélicos
Desordenados y camuflaje dos
Como el mar y el cielo,
Como tus mejillas amargas.
Solo tu sombra me puede querer,
Solo tus pasos los puedo seguir,
Solo el canto de tu perfidia
me puede escuchar,
Solo tu voz me hace vibrar.