Nuevamente he venido
a visitarte mi Señor.
A sentirme acompañado
de Vós. Hace varios días
que no me acercaba
a tí, personalmente.
Sabes que siempre
estás en mi corazón.
No quiero que pienses
que sólo cuando te necesito
acudo a pedirte.
Hoy quiero encontrar paz
estando contigo.
Es muy difícil
hallarla fuera de
tu Casa. El templo
del amor. De la
serenidad...
Aquí venimos los que
algo en nuestro
interior sucede.
Al menos, a mí me
está sucediendo.
No quiero llorar.
Quiero confesarme
ante Vós mi Señor.
Confesarte mi...
delito. Me siento cansado,
abatido, temeroso...
culpable. Me siento
un ladrón sin salida.
No quisiera estar en
el exterior de esta
iglesia.
Hoy............
--Buenos días, señorita.
¿Cómo está usted?.
Mucho me alegro.
Quisiera me muestre
ese collar que está
en vidriera. Ese...
Es hermoso...
Valdrá una fortuna,¿no?
Podrían ponerle precio.
¡Qué barbaridad!...
tres mil pesos...
no creí saliera tanto...
¿Lo puedo financiar?
Sí, con tarjeta.
Oh, me siento un
poco mareado...
¿Me daría un vaso de agua?
.....................
Entonces Señor,
en ese momento
salí corriendo
sin saber dónde
llegar... y aquí estoy...
contándotelo, y avergonzado
por mi actitud...
Estoy... perdido...
No sé si volver,
y devolver el collar...
No me animo...
ahora tengo miedo, pánico...
de ser arrestado.
Una vez más Dios...
No, no quiero
que eso me suceda...
Soy un cobarde,¿verdad?
Esos, tus ojos...
Los ojos del amor...
¿Por qué el mundo,
nosotros, no tenemos
presente tus ojos
en nuestra vida?.
Tus mandamientos...
No robarás...
y yo hoy lo he hecho...
¿Me dices que lo devuelva?
Tantas deudas podría pagar...
Tienes razón... perdóname...
Juntaré coraje y valentía,
y lo devolveré...
Mi pena será más leve...
Oh, Señor, perdona,
déjame desahogarme,
déjame llorar...
déjame llorar...
Me arrepiento de
lo que hice...
No es tarde,¿verdad?...
Ahí entraron...
son ellos... vienen a buscarme...
¿qué hago Dios?...
Me encomiendo a tí...
......
No, están equivocados,
no soy la persona
que buscan...
(Dios, estoy mintiendo
delante tuyo...)
Es un error, no tengo
ningún collar...
(No puedo entregarlo
Señor... este collar
salvará mi vida,
no puedo)
¡No! ¡Están equivocados!...
¡No lo tengo!...
¡Debo ser parecido
al ladrón!...
(Corre por la iglesia
hasta la puerta,
llega a la escalera
que da a la calle,
y recibe dos balazos
en la espalda,
rueda por los peldaños,
y su cuerpo cae inerte
a la vereda)
Todos los derechos reservados al autor(Hugo Emilio Ocanto-02/08/2012)