(Sandra Valeria Galvan)
Hermoso lucero que iluminaste mi noche,
obscura senda del destino inerte,
que a la muerte del alma sin reproche
me mantenía tomado fuerte...
Llegaste inesperada, aún sabiendo tu existencia,
supiste delicada convertir mi alma,
y devolverle la vida, presenciando tu esencia.
Fuiste esperanza en mis noches vacías,
sonrisas perfectas de mi alma robadas,
al contemplar la franqueza de ti irradiada
evidencia pura de un alma, llena de belleza.
Eres sublime, sutil y belleza perfecta,
armoniosa melodía de Diosa encontrada,
reposando suave y melosa en ti... Hermosa Mujer...
Carlos R. Barrera