La lluvia me tomaba preso de mis miedos,
Las gotas resbalaban por mi piel como un lamento.
Contigo aprendí a valorar los días lluviosos
A ver las gotas como besos,
Sentir en tu mirada mi aliento,
Y en tu beso mi calefacción.
Contigo aprendí a caminar grandes distancias,
Apreciar los pasos hacia ti,
Envidiar el suelo que pisas,
al aire que roba tu aroma
Y las gotas que rozan tu piel.
Contigo aprendí a valorar los días lluviosos.
En tus brazos hallé mi calor,
Ante aquel estrepitoso frío,
En tu mirada encontré mi abrigo
De los lamentos que se lleva el fango.
Contigo aprendí a valorar los días lluviosos
Hallé en tu risa el canto que evoca el deslizar de las gotas,
Hallé en tu amor el calor que me hacia falta
En tu mirada el reflejo que me da sonrisas.
En tu aroma mi la hermosa brisa
Contigo aprendí a amar los días lluviosos.