No hace falta mencionar
que desearía sentir el calor de tu abrigo
apegado el mío para hacer especial
el deseo de tenerte conmigo.
Una noche de placer nos aguarda
y tu figura desnuda me inquieta,
así de rápido mi instinto de amarte no tarda
para acariciar tu escultura completa.
El roce de mis manos en tu piel
te hacen vibrar de emociones
mientras mi boca saborea como miel
tus delicados y excitados pezones.
Un suspiro y otro más van brotando
de tus labios que vuelvo de besar
provocando que te sigas excitando
de tanto placer que nos invita a gozar.
Y nos llena de intensidad el fuego
que recorre nuestros cuerpos y nos junta
haciendo que sea más grande mi ego
como mi afán que al mismo tiempo, se adjunta.
Ardemos en la pasión y sólo en ella
porque sentirnos es nuestro día a día
cada noche donde menos brillan las estrellas
consigo penetrar tu rosa y hacerte mía.
Y de pronto, cuando menos lo esperamos
se termina nuestro mágico encantamiento
y con la conformidad nos quedamos
cansados por el apasionante momento.
Derechos de autor.
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Fecha 04-agosto-2012