Tejen la ronda
con su sonrisa
y el embeleso
no tiene prisa.
Cantan sus nombres
bien entonados
y los ángeles
toman sus manos.
Yo me conmuevo
por la belleza
de nuestra canción
pura proeza.
Dentro del mundo
tan perturbado
somos felices
lo celebramos.
En esta ronda
de la alegría
un poco de ellos
y también mía . . .
Sale la niña
desde mi interior
juega y sonríe
con todo su amor.
Autor: Graciela Beatriz Traverso