Podré perder la vida, antes que las ganas de escribir,
podrá el mundo ausentarse en la penuria,
pero la rima en la risa y en el llanto me acompaña,
me sumerje en optimismo cuando la oscuridad embriaga
y en la deriva de la vida, sin sonrisas camaradas,
el relato terapéutico, me contiene y engalana.
Transcurrida mi velada, culminada con un rezo,
doy final a los complejos, que mañana volverán,
me reniego a esta penuria, a sufrir sin ser amada
y si a mi sueño me dirijo colorida, es por causa de una prosa,
que se guarda mis demoras, mi dolor y mi pasion,
hasta siempre rima mía, nos veremos en el sol.