Vuelve a estrechar la vida ansiosamente,
siente ese abrazo que se hace cotidiano,
renueva el compromiso con los tuyos,
busca la aurora, la libertad tan añorada.
Me quedas tú la dulce mano amiga,
mano visible que teje aún los sueños,
me quedas tú : el surco que he sembrado
simiente abierta dónde crece la semilla.
Y defendemos día a día la esperanza
siendo engranajes apenas de los sueños.
Amanda Ackermann
Amy