Cuando la tinta calle
y el corazón escriba,
no se acabará el talento,
se guardará en lo profundo
de mi apasionado pecho.
Cuando calle el poeta
le escribiré al silencio
y me responda con el viento,
con la frescura de la brisa.
No leeré sus mensajes
que me envíe con hojas de los árboles,
tratando de sacarme de la paz
que en el silencio encuentre.
No será el látigo del desprecio,
ni la flecha del olvido,
pero el arco siempre
lo llevaré conmigo.
Narraré mis poemas de amor….
silenciosamente pondrás atención
a mi callada voz...