El espejismo de un sueño
¡Ay! compañeros del alma
que oscura noche he pasado,
nada en sí tenía calma,
ni la luna me ha alumbrado;
las estrellas se escondían
sólo un lucero ha quedado,
como testigo, decían,
las sombras que hay a mi lado.
Visto aquello a mi manera,
algo que nunca he contado,
todo pasó a la carrera…,
espejismo ilusionado.
¡Qué buena la cocinera!
¡Qué menú me ha presentado:
Almeja a la marinera;
cochinillo bien tostado,
ambrosía cordobesa,
el agua de su colmado;
y de postre una manzana
reineta del mejor grado.
Después, en la sobremesa,
harto de tanto cenar,
el lucero se ha marchado;
no sé que pudo pasar
con lo que a noche he cenado.
En sus brazos me dormía
con un regazo alfombrado
de caricias en que había
tierno deseo anhelado.
¡Qué dulce la melodía.
De su arrullo acariciado!
¡Hay! Que loca fantasía
en la ilusión se ha fundado,
con alegre algarabía
de un placer almibarado.
Cuando el alba amanecía
Lucero ha certificado
cuánta desgracia es la mía:
Desencanto me ha rondado,
porque a mi lado no había,
nada de cuanto he soñado.
Poemas de Camilo*
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