Era yo un gran árbol tan lleno de vida, tan seguro y firme
me sentia dueño del suelo donde habia nacido y crecido,
con mis raíces , gajos y tallos fuertes, mis hojas verdes
con bellas flores que realzaba mi condición de árbol.
Las semillas que caían de mi enorme cuerpo, sobre el suelo
Fértil del bosque donde vivía, con su brote daban testimonio,
de lo poderoso que era y que no me iría a extinguir
pero no todos los cuentos tienen un final feliz.
Una mañana de verano me despertó los ruidos de camiones y maquina
Que llegaban por mí, no sirvió de nada toda mi belleza, todo mi verdor,
la sombra que los gajos saliente de mi cuerpo daban a mi alrededor,
o el oxigeno que mi existir brindaba a los pulmones de aquellos
que me estaban destruyendo sin importarles .
Arrasaron con todo sin dejar nada de lo que fuera mi especie
en todo el bosque o lo que fue algún dia un bosque,
destruyeron mis pequeños brotecitos y todo a su paso hasta llegar a mí,
de mis hojas caían gotas enormes ,pensaron que era agua acumuladas
de lluvias pasadas, no entendías que sus cortes me dolían y que yo estaba llorando.
Tanto sufría en mi despedida de esta vida, que la savia emanada de tallos y gajos
no era mas que sangre verde que desprendidas de mis venas de árbol salían.
Pedazo a pedazo me fueron cortando y por completo me destruyeron
hoy quizás nadie ya recuerde que estuve allí en ese bosque que tampoco esta
y los que aun me recuerda ya se acostumbraron a mi ausencia .
Adiós verde bosque, adiós cielo azul, adiós a aquellos que se refugiaban,
bajo de mi sombra y disfrutaban de la belleza de mis flores en primavera
y adiós a aquellas parejitas de enamorados que jugaban a esconderse detrás mío,
en fin a dios a todos los que hice feliz con mi existir.