No necesito tenerte para quererte
y tampoco necesito quererte para
tenerte, y tampoco necesito decirte
las cosas que no me nace decirte,
porque no quiero herirte.
No necesito desearte para olvidarte
y tampoco necesito tocarte para
lastimarte, así como no necesito
hablarte para algo, con palabras o
hechos, expresarte.
¿Para qué tenerte si no puedo amarte?,
sólo tú tienes la respuesta a la pregunta
que en mi cabeza anda dando vueltas.