bernardo cortes vicencio

EL CANSADO REFLEJO DE TUS RASGOS

La locura, a veces, no es otra cosa

que la razón presentada bajo diferente forma.

Johann Wolfgang Goethe

 

 

Sus aspas mudas aplauden nubes en desolada servidumbre

hojea asombros de aire dentro de sus alas fijas

el mecánico ventilador rumora el vago asilo del ocio. 

 

Mi inactivo cuerpo detuvo los pensamientos

haciendo  pausas en los huecos perennes

el índice de la brisa que trajo la gruta de los ecos.

 

El aire: la ventisca aérea de su numen

la deidad  penetró

como un ladrón dolido atormentando  mi soledad.

 

Mi voz invertebrada y convexa fue  plumaje en fragmentos

sacudiéndome la cabeza.

 

Aquella bruma abierta en el techo

me arrastra hacia el brusco tirante de sus fauces

y me arremolina a sus colmillos afiebrados.

 

En  mi cama hay acentos de tumba deshabitada

platico con mi piel  de zombi horroroso

espeluznante…

                     repulsivo…

 

En mis pies regurgitan  sombras amarillas

donde desfila la miseria de la lámpara

ella alumbra la esquina del  mueble gris.

 

La dócil hiedra de luz devora la altura del silencio

se ha convertido en la aventura de mi entidad

estoy dentro de esta sombra maligna.

 

Y aquellos zapatos sin calendario

interpretan barcos en óxido de  suela carcomida

la torre inventa y fragua semicírculos sobre el tacón

y en ella se eclipsa la rama devorada por el horizonte.

 

Y esos animales alienígenos penetran con su torpe cabeza fría

y sangran en la fractura de la ventana

y se arrastran  los muros claros. . .

                                      . .  .entre los orificios de mi camisa

de que te siento en mi bahía de plomo

sobre el coágulo de estas manos en mortaja.

 

Los codos del tiempo en tan pocas horas

el reloj ha sufrido mordiscos y dentelladas

se ha convulsionado en su interrogante minuto

su aguijón explora mi mente

y la piraña se ha comido mi lucidez.

 

Y su ira se deposita en la verdad

como una osamenta en  mi desierto

de que te busco en  mi almohada

en esa botella rota donde acaba la sequía de mi sueño.

 

Y aquel pez de sonido sin olas

cubierto con el verde túnel

susurra en la próstata del agua.

 

 

Soy melancolía

 ídolo cavernario de mi tristeza

en mi cráneo cazo al oído

que se asusta en su coherencia

cuando devuelvo el velorio de mis párpados.

 

           Mis ojos desnudan…

             …el cansado reflejo de tus rasgos.

 

                                                                                Bernardo Cortés Vicencio

                                                                                       Papantla, Ver, México