No fuimos comiendo a miradas la carne caliente
la miel en los ojos brotaba, todo se movía
tus pechos dos lenguas jugosas buscaban simiente
mis manos cuchillas filosas tus surcos abrían.
La baba cual río viscoso corría y corría
mis dedos traviesos,
golosos ,
se hundían... se hundían
y vos con los labios boscosos, gustosa:
bebías... ¡bebías!.
Amor de animales quemaba
¡mi vida, mi vida!
amor que mordía y llevaba;
y nos derretía.
Amor de arrancarnos la boca
con furia,
con ira;
amor de molernos a besos
muriendo de asfixia...
Amor de comernos con tiempo
sin pausa y sin prisa;
amor de bebernos aliento
sudor y sonrisa;
amor de agarranos por dentro
y hacernos caricias.
Y amor para el tiempo del tiempo
atados de tripas.