Redonda Mesa de Caoba
Caminaba sola por una calle
de suelo adoquinado
se abre una puerta
aparece tu silueta en el umbral
me invitas a entrar.
Acepto con alegría
adentro un cuarto semi vacío
solo hay una fina y redonda mesa.
Quedamos en complicidad con la soledad
nos abrazamos
nos besamos con demencia
Me desnudas, te desnudo
en frente
de la fina mesa
Mis senos deseosos
caen sobre la madera de caoba
empiezo a sentir tus piernas
acomodándose entre las mías
Tu erguido pene
hace de mi recto
su guarida.
¡desvaríos del momento!
Tus manos firmes
aprietan mis caderas
a ratos las deslizas
por mis senos
acaricias mis pezones duros
dispuestos a que tu boca los consienta.
Recorres mi vagina,
¡ah, extremo placer!…
nuestras piernas están mojadas, pegajosas
nuestro cuerpo no ha podido contener el éxtasis
ha liberando el ardiente elixir
No sentimos necesidad de asearnos
deseamos seguir entregándonos
al maravilloso arte que hemos construido.
Pero aún sentimos el deseo
de la travesía de sentirnos
fluyen espontaneidades del embeleso
Me vuelvo a ti,
te beso tanto
me besas tanto
la sintonía se transforma en perfecta
Quedas tendido sobre la fina mesa
y me entregas las licencias
que necesito, que deseo
Trepo sobre tu cuerpo
Te despojas de los pantalones
quedaron enredados
atrapados en tus pies
Instalo con mis manos tu pene en mi vagina
como si te cabalgara
y siento que estoy montada en mi potro
que hasta a ombligo complace
¡Cuerpos sudorosos!
tanto movimiento y restriego
nos invade la lujuria
abordamos el orgasmo mutuo.
Finalmente rodamos por el suelo
invadidos por la risa
la alegría de haber estado juntos
saboreando la mutua entrega.
Nuestros cuerpos quedaron
bordados de besos
tapizados de ternura
las manos impregnadas de caricias
Pero concientes
que tu tiempo y el mío
nos juega en contra
cada momento que nos regale la vida
lo apreciamos como si fuera el último
aly michó