Tu pupila brilla
en el aire, siendo una grácil llama
ardiente, pura y gentil que declama
ser puerta y orilla,
mítica capilla
de amor intangible que siempre inflama
la quieta voz que tu espíritu llama
y al fin arrodilla
mi corazón, que humilde se detiene
ante el universo
que ahora retiene
tu pupila, terso
idioma apasionado que deviene
un romance que el tiempo no detiene.
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Autor: Minor Sandí S.
Costa Rica