Ivan martinez

Corre la brisa de un verano extranjero

 

 

 

 

Corre la brisa de un verano extranjero

en el cielo de una mañana sin día

con tono gris azulado,

ausente de blancas nubes y aves

y a veces…

ausente de corrientes de aire.

 

El porvenir de tiempos cercanos

cuenta con sueños

que te roban los años…

 

Cuanto luche por ti,

por tenerte

 y te tengo...

 

¡Pero estas lejos!

En un distante que en segundos se volvió eterno,

en el que he aprendido un llanto seco,

sin dadivas ni consuelos

y lo más terrible

sin ti…

                                           sin ti en la caricia,

en la música de tu voz,

en tu tristeza que me enseño a darte alegría;

a cuidarte.

 

Todo el tiempo aprieto mis ojos

y en mente clamo por una "tele transportación"

por convertir mi materia en energía

y otra vez en la misma materia;

y no puedo...

y lamento tanto ser tan común,

me concentro más en pensarte

que en hacer cosas que acabarían de una vez…

con lo que estoy sufriendo.

 

Aunque no me puedes ver,

te inspiro bajo los hilos del vino

en el dolor de los siglos.

 

Vi florecer los arboles,

el pasar de las estaciones;

y tu...

sin tu oído en mi pecho

y la suavidad de tu cuerpo

sensible como el mismo cielo.

 

Oye

si me escuchas,

o mira

si te veo.

Aunque no lo hagas

ya sabes que estoy muriendo:

Entre palabras sencillas.

Entre despertares agonizantes.

 

Cree

que ahora vivo

tan solo porque sé que vives,

o porque hay bullicio en el silencio.

 

Nadie pregunta por ti:

Si sufres,

si vives sin vivir.

Yo lo se y lo siento:

Como un golpe directo al alma.

Como un golpe directo en el cemento.

Como acido carcomiendo los huesos.

 

¡Todo se libera y se escapa!

"Pero tú eres mía"

no estando a tu lado,

y eres libre conmigo

aunque a mi destino perturbado;

a mis deseos mal programados

como un loco desesperado.

 

Eres la aguja y el hilo

que cose mi alma rota

desgarrada por tanto que deliro,

por tanto bosque sin camino.

 

Yo no se

pero ya no quiero,

verte lejos es un infierno,

una condena a voluntad;

un lugar en el que te busco

y dolorosamente sé que no estas.

 

Fui testarudo,

como un niño,

necio,

Ahora te necesito cada día más.

 

Estoy mirando unas nubes

que no estaban

una y otra vez pasar…

pero obscuras

con tormenta simular,

con sombras que hacen aun más mi lamento engrosar.

 

Y no quiero ya consuelo

con un año más de hielo,

Y no más

de verdad…

 

Quiero tus regaños,

tu cariño,

tu compañía.

Te quiero a ti todos los segundos a mi lado,

las horas

y los días…

toda la eternidad.