Una libélula se posó en tus ojos
No la reconociste
La viste con enojo
Cansada siguió su camino
Pensaste: -se equivocó de destino.
Media luna formaron tus pupilas
se rindieron nuevamente
Tras el pudor absorbente,
Ella volteo para verte
Su mirada era ascendente
Tanto tiempo en el anonimato
Creía que la reconocerías por el olfato
La esencia cambió con el perfume
Ahora a quién acude
La oruga era tu amiga,
Siempre la veías
Anhelabas más de ti para ella
Ella anhelaba más de sí para ti
Despiertas buscando al insecto
No deseas libélula
No anhelas mariposa
Sólo el gusano en la rosa.