El piojo chupaba
con mucha firmeza
y yo me rascaba
siempre la cabeza.
El piojo no es grande
pero es molestoso
nos chupa la sangre
a todos nosotros.
Recógete el pelo
o yo te lo recojo;
pues no quiero verlo
llenito de piojos.
El piojo a la escuela va
y no sabe leer
sólo va a molestar
una y otra vez.
Alejandro J. Díaz Valero