Ella ha escuchado mis silencios, ha sentido mis lágrimas a través de la pantalla, la que me ha hecho reír con sus travesuras, la que me ha puesto su hombro para llorar cuando lo he necesitado.
Ella es mi confidente, el haz de luz que alumbra mi camino cuando está oscuro, también la que me dice mis errores cuando los cometo y la que celebra conmigo mis aciertos.
Amiga, si en ocasiones he dicho o hecho algo que no te ha gustado, discúlpame, recuerda que la hija de Lola no es perfecta.
Si por alguna razón tomamos caminos diferentes, no olvides que siempre estarás en mis recuerdos bonitos.
Y se me llegaras a necesitar no dudes en llamarme, porque siempre estaré , tú eres más que una amiga, ¡eres mi hermana!
Dios hace las cosas cuando las tiene que hacer, sin pausa y sin prisa, y tú llegaste a mi vida cuando tenías que llegar, necesitaba tanto de una amiga que me escuchara sin interrumpirme con sus preguntas, que celebrara conmigo las pequeñas o grandes alegrías y guardara silencio cuando mi corazón se desahogaba en llanto y tristeza.
Amiga, gracias por siempre estar, que Dios te bendiga siempre.
Un abrazo cálido y un te quiero a la distancia.
María B Núñez