Desierta quedo mi boca
de tantos besos perdidos
como sueños esparcidos
el corazón los evoca.
Un suave aliento provoca
iluminados recuerdos,
locos de amor, quizás cuerdos,
todos los besos gastamos…
Hasta el alma nos besamos
en tiempos de amores lerdos.
Hoy mi boca está vacía
sedienta de aquellos besos
que como niños traviesos
derraman su algarabía.
Tus besos son mi alegría
pozo que irriga mi fuente,
la ilusión de mi presente
en el alma primavera,
la esperanza venidera
del sentimiento torrente.
Un canto del pensamiento
de intensidades sedosas
como pétalos de rosas
suavidades en mi aliento.
Besos de miel, alimento
con sabor azucarado,
un suspiro condensado
aclarando la sonrisa,
que en las alas de la brisa
se el entrega al ser amado.
Labio desnudo y desierto
de soledades bañado
anhelante y desecado
sin tu boca yace muerto.
En reseco desconcierto
carnosidades consume,
con vaporoso perfume
va humedeciendo sus ansias,
acariciando fragancias
en sus carencias se sume.
Labios de amor florecidos
en desolado desierto
con el sentimiento abierto
clama besos renacidos.
A sabores preferidos
el paladar los convoca
y en sus néctares coloca
un antídoto de espera,
pues no es un beso cualquiera
el que apetece su boca…
Dulzuras del sentimiento
empapan de amor el alma
humedecido de calma
el corazón late al viento.
Palpita un presentimiento
en refrescante visión,
reverdece la ilusión
de alegrías abundantes.
Entre besos reflectantes
renace el labio en fruición.