Magia de beso convertido en estrella
en un cielo claro sentido y profundo;
magia de ojos, como cuatro espejos
que se funden en brillantes reflejos
fecundados de amor y deseo.
Magia de labios y magia de manos
uniéndo su río en un solo delta;
magia de besos, de arterias y venas,
de aromas de mar con trozos de cielo;
magia de ella cuando duerme la tarde.
Magia divina con raíces humanas
que brilla luciente de noche y de día,
magia que surge cada alborada,
que vive soñando y duerme despierta,
y une dos almas en una esperanza.
6 de agosto de 2012
Pau Fleta