Annabella Amuy

La Peor Ausencia

Ya no existes más.

 

Eres un extraño ocupando el cuerpo de la persona que más amé. 

Los mismos dientes dentro de la misma boca, pero esa,

esa no es tu sonrisa. 

 

Te siento ajeno,

no logro verte aún mirandote a los ojos

Tengo ganas de arrancarte la piel

para ver si detrás de todo aquello encuentro a quien tanto esperé. 

 

Me deshago en la hiel de mi frustración,

me consume el fuego de esta pasión,

este río de lava que recorre mis venas

buscando hacer erupcionar sus amores en ti,

inexistente.

Este fuego desesperado que incendía mi vida,

no tengo como explicarle que llegaste y no estás.

 

¿Quien soy yo para atarte al pasado,

si no fuiste tu quien me ató al mío? 

Yo, solo yo fui quien se negó a seguir con la vida

para esperar a que regresaras...

 

...esa desición que se hiso cadenas,

cadenas que me suspendieron en el tiempo,

y que apartaron mis pies de la soledad. 

Esa cadena que se deshiso con el ácido de tu indiferencia, 

que supuró con tu diferencia. 

 

Te veo y no eres tu.

la soledad golpea los mismos pies

que se burlaban esperanzados en tu regreso.

Ahora es este volcán frustrado,

este amor carbonizado,

el que lanza rocas, 

estoy cubirta de cenizas.

Aquí me siento sola,

a pesar de que estás a mi lado. 

 

Ahora con estos pies llagados de esperanzas rotas, 

enegresidos con las cenizas de este amor quemado,

pienso...

Tal vez si hubiese seguido con mi vida

tu serías lo que yo hubiese necesitado.

Pero yo, la de antes,

necesito tu compañía ausente, esa que ya no existe. 

 

Me aferré a la idea equivocada,

a la esperanza vana.

No tomé en cuenta que el tiempo nos cambia. 

 

Tu, amado mío, ya no existes.