Sé que mi solitaria alma
volverá a entonar
la jubilosa sinfonía del amor
y de nuevo se llenarán de rosas,
los cristales vacíos
de mis entrañas.
Otra vez en mi jardín,
volverá el colibrí de la pasión,
a seducir con sus inquietas alas,
el roció enamorado
de mis mañanas.
Sé que de nuevo
la armonía de la pasión
entrará feliz,
por mi desempolvada ventana,
y se abrirán las flores de mi alma
y temblará mi pecho de emoción,
cuando como surgido de un sueño,
su boca divina me despierte¸
con un beso enamorado,
en la alborada.