Pareces gota,
te me filtras día con día
y avanzas por mi
torrente sanguíneo.
Vas en mi orta por
la arteria coronaria derecha
con la mala intención de
alojarte en el corazón.
Te estas engañando
si crees poder quedarte
ahí por mucho tiempo.
Ya te he sacado varias
veces por los ojos,
a través de las lágrimas.