El azul apareció,
Disipando la noche.
El viento empezó,
A soplar lentamente.
Arrasando consigo al frío,
Mi sueño y mi abrigo.
La realidad me invadió.
La realidad me despertó.
Mi lecho vació.
Mi pecho con frío.
¡Y!, tu angelical mano,
Pálida y fría.
En el reposo eterno,
Del olvido, con otra compañía.