Llenaré de silencio mi soledad
sentada en el filo de la noche,
viendo la lluvia mojar sin piedad
hasta ahogar el corazón de reproche.
Dormiré las tristezas y esconderé el dolor
en el mismo lugar donde mueren los sueños,
seré la primavera sin aroma y sin flor
hasta que llegue a mi calor de nuevos leños.
Lo esperaré tranquila como volcán dormido
la prisa en estos casos es mala compañera,
ayer estuve loca sin haber comprendido
que a mi tú no me amabas de la misma manera.
Hoy me siento en las nubes y con el sol de frente
atrás quedó el recuerdo de la sombra que hacías,
cuando estabas conmigo fingiendo amor ardiente
y ciega enamorada creía que me querías.
Hay renuncias que cuestan lágrimas de olvido
pero hay que levantarse y seguir adelante,
prohibido derrumbarse por solo una caída
mira hacia el horizonte con sonrisa triunfante.
María B Núñez