Le escribiré al torpe viento que brama,
rayendo los sauzales con su prisa,
le cantaré a la tenue y tibia brisa
que arrulla suavemente a la retama.
Escondiendo este llanto que te clama
entonaré mi prosa a tu sonrisa,
son campanas que están llamado a misa
mis versos que se cuelgan en la rama.
Sabrá el agua danzante de mi río,
que tu mano arrulla mis poesías
y yo en las nubes veo tu mirada:
pinta el cielo tu rostro, es todo mío,
y es canción de mis noches y mis días,
el candor de tu nombre, dulce amada.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.