Te he pedido de mil formas no buscarme,
no arrojarme más lodo en mi vida infortunada,
que si acaso en el fango estoy hundida,
tu amor,
en vez de enaltecerme me degrada,
pues me hace caminar mirando al suelo,
agobiada la frente por sentirme tan culpable,
sin fuerza en los brazos para encontrar
otros amores
limpios, diáfanos como la luz del día.
Mas, me siento tan culpable y pecadora
que, alzar sin miedo los ojos no podría,
y seguiré caminando siempre,
mirando hacia el suelo.
NM de la Rosa
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