Cabellera azabache aterciopelada,
con ojos rasgaos que me camelaban.
Una boca grande de licor y caramelo,
besos de frambuesas, de miel y limón
Unos bellos ojos,
rejón de muerte en mi corazón.
Cuerpo de gitana, salero, sal y marea,
unos contoneos que me bambolean.
Brazos con pulseras de sortijas finas,
una falda corta y unas piernas largas
que en su caminar a mí me fascinan.
Se acercó a mi vera con blanca sonrisa,
en la noche clara de fresquita brisa.
Al besar su boca, ya quedé hechizado,
sus dulces labios me habían camelado
y al bailar con ella denuda en el río
el rito gitano de hacer el amor
fue un sin sentido.
Era una sirena de carnes muy blancas
la que entre suspiro mi cuerpo quemaba.
Besos y caricias, entre pasión y sentimientos
Brilló una navaja, y en la noche clara
se escuchó un lamento.
Yace entre los brazos de aquella gitana,
sangrando su cuerpo,
ella le da mordiscos y besos.
De nuevo en la noche brilla la navaja
y de la gitana se escuchó un lamento.
Se aleja el gitano renegando incierto
mientras la gitana ente sua lamentos
saca una pistola
y al malvado, de un solo disparo
allí, lo ha dejado muerto.
Autor Joaquín Méndez.
Reservados todos los derechos.
Autor de la música Antonio Méndez
06/08/2012 14:25:33