Me dicen que te trate despacio,
quizás hayamos ido deprisa,
no he sido yo quien lo ha dicho
ha sido la Rosa Marchita.
Eres mi musa, lo admito,
un ejemplo son estas líneas,
pero no compares su hechura
con el influjo que marcan
tus ojos en mi vida.
Son líneas sin métrica,
líneas casi sin rima,
sin embargo mi amiga
tú iluminas mi vida.
Vayamos más despacio,
haré caso al consejo,
buscaremos más tiempo
para disfrutar de la vida
y sentir poco a poco
más que una amistad compartida.
A veces me gustaría
proteger mi existencia
alejando las dudas
rechazando tu alegría,
pero al oírte o al verte
la idea de no besarte
me amarga por completo el día.
Otras veces pienso
que repetir con el riesgo
de obtener un rechazo
bien merece la pena
por el premio que siento.
Después de todo, mi vida,
después de todo, mi cielo,
después de mucho pensarlo,
aún no sé que prefiero,
si tenerte como amiga
y no sufrir más rechazos,
o enfrentarme a la vida
por perderme en tus brazos.