Noche, te sueño. Remedia
la melancolía que hay en mi.
¿Podremos aliviar un día, las cadenas
que atan el sueño, a la pesadilla?
¿Se puede esquivar la vida y morir la muerte?
¿Se puede?
Es una espera constante, la que
muerde mis ojos, es un espejo convexo,
mirar mi muerte tan vacía
entre los escombros.
Y ya ten lleno de un desnudo,
para recibir los rosarios; mi alma
juega a descifrarse, a encontrarse:
Con el descanso divino,
o la angustia irrompible
de lo que fue mi vida.