en cada rosa
espejos de rocío
brillan tus ojos
Sepa el soneto ser rima galante,
una caricia, un clavel, una rosa,
la ternura del beso que reposa
en el verso aromado de un amante.
Lleve con él su canto trashumante
en las alas del ave esplendorosa
y en vuelo con color de mariposa
te acerque mi poema palpitante.
Sepa el soneto ser claro de luna
para hechizar tus ojos luminosos,
musitando a tu oído cual reclamo
el más dulce romance que se acuna
entre pliegos de pétalos añosos.
¡Sepa el soneto gritar cuánto te amo!
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
Imagen: Luna de domingo por la tarde, fotografía de Silvia Calderón.