Hugo Emilio Ocanto

Un monstruo humano (Monólogo)

 



Shhh...silencio, por favor...

silencio, la función va a comenzar...

--Sí, lo sabías,siempre lo supiste.

Todas tus palabras me llevaron a

la actitud que tuve.

¿O es que acaso no sabías

que mi confesión fué auténtica?...

Ella está actuando.

Todas las noches representa 

esta obra. Y en el final,

el público aplaude de pie.

La colma de halagos.

De regalos. La ovacionan.

Es una gran actriz,

y yo aquí, a escondidas,

ocultándome en las tinieblas...

Aquella noche, ella y yo

regresábamos de una

de las tantas fiestas...

--Esta noche te pasaste querida.

Genial. Única, como siempre.

Vamos a brindar una vez más esta noche.

Pero aquí, solos.

Ya como que me molesta

un poco de que tanta

gente esté a tu alrededor,

como las moscas...

llenos de deseos ...

de mirarte, admirarte,

acariciarte, pidiéndote

un autógrafo...

Brindemos amor, por una 

noche solos, al fin...

y amándonos con tiempo...

Siempre estás apurada, nerviosa,

expectante de la hora,

de tu vestuario,tu maquillaje...

Ese vestido, te queda hermoso.

Eres tan bella...

Mi divina actriz...

Mi amor...

Déjame encendértelo yo.

Primero el fuego del encendedor,

después, el mío...

¿Qué te pasa? ¡No!

¡Silvia!¡Se te quema el vestido!

Te lo saco...¡No tengas miedo amor!...

Ohh... Mi cara... mi cara Silvia...

¡No! ¡No! ¡Me quemé la cara!

¿Estás bien? Cúbrete con algo...

Estás casi desnuda...Por suerte

no te has quemado... pero yo...

(Se acerca al espejo) ¡Silvia!

¡Mi rostro! Oh no... No me mires...

¡No me mires!...

¡Silvia! ¿Qué haces?

¡No te vayas!...¡Silvia!...

Desde aquella noche,

Silvia me huye.

Se espanta de mi presencia.

Nada han podido hacer por mí...

Soy el marido de la gran actriz

Silvia Ford... el monstruo...

Como todos me llaman...

Escuchen... Shh...

--Y qué es lo que querías

que hiciera? ¿Que me quedase

a tu lado? No, me iré, esta

misma noche me iré de tu lado

para siempre...

Esa escena... fantástica...

Inigualable... única...

Silvia, mi amor, la incomparable...

La Divina, la bella...

Y yo... este monstruo humano...

Sólo se acerca a mí desde lejos...

Sé que me ama, a pesar de

que no me lo demuestra

con la ternra y el amor de antes...

del accidente del fuego...

ese fuego que me deformó el rostro

y así quedé... convertido en el monstruo

de la actriz Silvia...

Oh, mi Silvia... tengo que soportar

esta soledad, aunque cerca tuyo viva...

Hasta yo me repugno al verme...

Sí, soy un monstruo humano...

y con tal de estar a tu lado, todo lo soporto...

Tengo sed, sed de bebida,

y sed de amarte...como antes...

Pero tú no aceptas mi cercanía,

mi contacto...

¡Oh Dios, dame fuerzas para poder seguir

soportando esta cruz...!

Mi cruz de la angustia, del sufrimiento,

de la soledad, del amor no

compartido...

No quiere saber nada de tener relación

sexual... Le espanta el contacto de

mi cuerpo, de mi rostro monstruoso...

Tú Señor soportaste tu cruz hasta

el final... No sé si yo pueda tener

fuerzas  suficientes para lograrlo.

Mi vida está plagada de angustias...

Unas angustias lacerantes...

Mi rostro...Oh, mi rostro...

el fuego me lo ha destruído...

Y ella se apartó de mí... por

mi monstruosidad...

Ella, tan bella... y yo...

convertido en este monstruo...

¡Silvia! ¡Oh, Silvia!... mi 

amor lejano... mi recordado amor...

Te amo mucho más que antes...

pero tu corazón, ya no me pertenece...

Eres sólo del teatro, de una obra,

de un personaje, de tu público...

y yo aquí, esperándote, en las noches

que no voy a verte en las funciones,

para que la gente no se aterrorice al verme...

Esta noche mi amor, aún no has llegado...

Te espero, y no llegas...

Estarás finalizando la función...

Después, el público te rodeará...

te alabará, te felicitará, te besarán...

Y yo...con este rostro... no puedo

siquiera aspirar tu perfume...

Mi Dios, dame fuerzas...

Dame fuerzas... mi final

tiene que llegar...

Estoy muerto en vida...

La amo con locura...

pero ella... no me deja acercarme,

a su hermosura... a su rostro angelical...

Cuando vuelva... mi rostro seguirá

sobre mi cuello...

Tengo y debo eliminarme

de este mundo...

Mundo que compartí con la bella,

la única, la inigualable mujer

de mi vida...

Tendrías el recuerdo de mi belleza

antes del accidente Silvia...

Pero con vida, no verás más a este

monstruo... humano.

(Abre un cajón del escritorio.

Saca una pistola, la apoya

sobre su corazón...)

Adiós, mi amor, recuérdame bello...

tu monstruo se quitó la vida...

  Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto-08/08/2012)