\"A la medida de tus deseos,
están mis ganas de sofocarlos.\"
Por los suspiros de tu deseo
que me incendian la vida,
y deambulan por mi cuello
con tu boca sobre la mía...
Por esas caricias inquietas
que estremecen mi cuerpo,
cada vez que se alimentan
de la ternura que te entrego.
Por esas manos que me enamoran
desbocando los latidos de mi pecho,
hacen que me embriague con tu aroma
¡y me sienta mujer ante tu cuerpo!
Por el fuego que nos muerde los labios
y se enreda con mis dedos en tu espalda,
te aprisiona temblando entre mis brazos
desnudándome entera, ¡extasiando mi alma!
Por esa tempestad en erupción
que estalla en un beso carmesí,
desde esa fuerza que nace en tu interior
¡para hacer tuyas estas ganas de ti!
Por la insaciable seducción de tus ojos,
que recorre mis ansias imperfectas,
con dulce descaro y a tu antojo
haces que en tus brazos... ¡esta niña se estremezca!
Por la fantasía que me rebalsa el corazón
y nos hace levantar temperatura,
vas mojando el sueño de hacerme el amor
con el roce de tu lengua en mi cintura...
Por ese suave vino que bebo
en pequeños sorbos sin derroche...
ya deseo hacerte mío y lo confieso
¡hasta que suspires entre sueños mi nombre!
Por la llama que tu lengua me enciende,
por el ardor en tus pupilas negras...
quiero sentir la pasión que nos envuelve
y esta noche, amor... ¡esta noche hacerla nuestra!
Dejando ya de sentir miedo
me entrego a ti sin respiro,
(...voy descubriéndote el deseo...)
si renací dentro tuyo con el dulce delirio
¡de mi ternura devorándote a besos!
Ceci Ailín